¿Será posible que haya tantas situaciones que uno ni se imagina que existen? Me refiero esta vez al Hikikomori en Japón. Esto tan raro es un fenómeno de aislamiento de los jóvenes japoneses protagonizado mayoritariamente por mujeres… Vaya. Empezó con hombres de clases acomodadas y ahora se suman tantas mujeres que está convirtiéndose en una epidemia. ¿No se cansarán los jóvenes de ser los raros y diferentes? Pues no. La juventud es rebeldía, lucha, trasgresión, por antonomasia. Lo que pasa con estos jóvenes japoneses es que ya no quieren luchar como siempre se ha hecho. Les duele su existencia en sociedad, los abruma cualquier problema, como perder el novio, no ganar suficiente en el trabajo o no aprobar en el colegio. Al parecer este mundo los supera, les pesa tanto. Los va acorralando hasta que los asfixia un nudo invisible y deciden encerrarse en su habitación y vivir a través de la tecnología con la que encuentran el puente que los une al mundo exterior, a la sociedad que no les gusta, que no los comprende o que los ignora en persona. Ya no tienen fuerzas, así que su soledad es la forma de llamar la atención, de sentirse seguros. Es una nueva forma. O no tan nueva… Que sin duda es “la forma” de combate, porque más en contacto contigo mismo y tus ideas, con tus contradicciones y sentimientos, es imposible estar…
Me pregunto si hay fuerzas invisibles que hacen que según la década y según la región de esta Tierra las mujeres encuentren mecanismos de resistencia-existencia tan variados. Y digo las mujeres porque entre dos géneros, el nuestro ha contribuido con el mayor número de reivindicaciones. Aunque estas avergüencen a los padres como pasa en el Japón ¿Será la soledad y la reclusión autoimpuesta la salida a las demandas crecientes de esta sociedad…? que además parece que ya no entiende de regiones, culturas y diferencias. Nos hemos vuelto una masa en muchos aspectos y ahora en occidente empezamos a ver detrás del humo la réplica de las conductas de otras latitudes.
A lo mejor dentro de poco seremos indiferentes a esta modalidad de expresión y sin darnos cuenta estableceremos otro código de comunicación sutil y hasta más eficaz que la desobediencia, que el escándalo o que el aislamiento, para decir que somos personas y no gente, que sentimos algo y no sabemos expresarlo diferente y que somos nosotros/as mismos/as sin vernos tan raros...
Me pregunto si hay fuerzas invisibles que hacen que según la década y según la región de esta Tierra las mujeres encuentren mecanismos de resistencia-existencia tan variados. Y digo las mujeres porque entre dos géneros, el nuestro ha contribuido con el mayor número de reivindicaciones. Aunque estas avergüencen a los padres como pasa en el Japón ¿Será la soledad y la reclusión autoimpuesta la salida a las demandas crecientes de esta sociedad…? que además parece que ya no entiende de regiones, culturas y diferencias. Nos hemos vuelto una masa en muchos aspectos y ahora en occidente empezamos a ver detrás del humo la réplica de las conductas de otras latitudes.
A lo mejor dentro de poco seremos indiferentes a esta modalidad de expresión y sin darnos cuenta estableceremos otro código de comunicación sutil y hasta más eficaz que la desobediencia, que el escándalo o que el aislamiento, para decir que somos personas y no gente, que sentimos algo y no sabemos expresarlo diferente y que somos nosotros/as mismos/as sin vernos tan raros...
Siempre los jóvenes jalonean el mundo con sus posturas rebeldes y sus ideas creativas... siempre los viejos haan criticado sus posturas y siempre el mundo evalúa luego esos movimientos dándoles su verdadero valor.
ResponderEliminarNo conocía de este nuevo fenómeno juvenil, pero me pondré a investigar, pues ya me han llegado casos de ´niñas encerradas en su cuarto y en su mundo de silencios, pero eso si con celular e internet para comunicarse con sus pares.
Gracias hija por abrirme esta ventana.